Ludwig Wittgenstein

SABIDURÍA EN AFORISMOS: LUDWIG WITTGENSTEIN

Ludwig Wittgenstein (Viena, 1889 – Cambridge, 1951) fue un filósofo austríaco que desarrolló su trabajo entre Viena y Cambridge y a diferencia de otros filósofos, escribió libros que destaca por la brevedad y estilo conciso de su discurso.

En la práctica, la forma como Wittgenstein desarrolló su obra resulta inquietante, desafiante y abierta a todo tipo de interpretaciones e incluso, invita a cuestionar la manera de pensar. ¿Acaso no es esa la tarea de un filósofo?

EL MUNDO SEGÚN WITTGENSTEIN

En su obra más conocida, Tractatus Logico-Philosophicus, Wittgenstein dice: “Die Grenzen meiner Sprache bedeuten die Grenzen meiner Welt” en Alemán, que significa en castellano: “Los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje”.

En este artículo estudiamos la importancia del vocabulario en cuanto su cantidad, de manera que saber más palabras permite saber más cosas. Pero el filósofo austríaco se refiere a lo que compone ese mundo, aparte de su tamaño.

Las palabras dan nombre a las cosas. Son la referencia que sitúa la información en un elemento específico. De manera, que cuando vemos algo, lo primero que hace nuestra mente es ubicar la palabra que identifica ese objeto, o algo parecido.

¡Si no conoces ninguna palabra, no sabes qué es!

¿Ya entiendes un poco más a dónde va Wittgenstein? La información que recibimos de nuestros sentidos se convierte en palabras, en frases, en lenguaje.

También, cuando pensamos, es un acto lingüístico, pensamos con palabras: nuestras ideas se expresan en mensajes verbales, en frases.

Así que logras definir tu mundo en la medida en que eres capaz de expresarte, en decir cosas. En reconocer objetos, pensamientos y emociones y darles nombre.

¿DÓNDE ESTÁN LOS LIMITES?

Si lees la frase con detenimiento, notarás que la palabra “límite” es importante, porque se repite y agrupa los elementos mencionados (mundo, lenguaje).

“Límite” significa borde, aquello que marca separación con algo y al marcar tal separación, da forma a las cosas.

Al aprender una palabra, se da forma a algo en nuestra conciencia, en nuestro mundo y el borde de nuestro mundo se hace un poco más extenso.

Ya te imaginas lo que pasa cuando estos bordes son ampliados a medida que se aprendan más palabras.

MUNDO Y LENGUAJE

Wittgenstein considera que la palabra mundo abarca aquello que existe, de manera que el mundo físico y el mundo metafísico se relacionan, se cruzan.

Así si el mundo es físico, o es idea; tiene que existir un lenguaje que sea capaz de darle forma, es decir, darle límite para ser aprendido, conocido.

No quiere decir esto que porque algo no tenga nombre no exista. Ese algo existe; pero no para el hombre, que no puede darle nombre, no puede definirlo y queda de su parte, lograr cumplir esta parte.

Por otra parte, el lenguaje es una herramienta que permite dar forma a las cosas, incluyendo las ideas que tenemos sobre las cosas, y sobre todo, a nosotros mismos.

Si queremos entender quiénes somos, dónde estamos y por qué estamos aquí, debemos usar la herramienta del lenguaje que va a dar forma a nuestro ser.

Así, el mensaje contenido en la respuesta a quién soy, donde estoy y qué hago aquí son ideas que permiten definirme como soy, donde estoy y cuál es mi propósito. ¡Ahí tienes un aforismo que puede ayudarte a responder las más inquietantes interrogantes de la existencia humana!


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