La sabiduría del alto y bajo rendimiento

Existe una idea que ya es un cliché, la cual sugiere que la gente sabia es quieta, tranquila, que evitan conflictos, levantar la voz, no decir cosas polémicas.

El problema es que existe una confusión entre ser afable y ser responsable. En esto, Jordan Peterson ofrece una explicación al respecto y aquí aprenderemos un poco sobre este aspecto.

Tener conciencia de dónde y cómo estamos

un ejemplo

Nos interesa de el tema del fortalecimiento de la sabiduría, como manera de fortalecer al ser humano.

El problema que mucha gente enfrenta es que admitir que hay deficiencias en nosotros, que muchas veces nos avergüenzan. Pero eso no lleva a ninguna solución, especialmente si queremos hacer Crossfit y no tenemos nada de entrenamiento.

Analizemos este caso. Nunca has entrenado en serio. No sabes hacer ni un push-up, ni un squat y menos, soportas una sesión de spinning, por no decir que jamás correrías 4K en 20 minutos.

Si llegas al Box (que es como se conoce el lugar donde se hace Crossfit) con tan bajo desempeño y vas a hacer el entrenamiento, tendrás problemas. El instructor ya seguramente te habrá preguntado sobre tu capacidad y entrenamiento, y tan pronto como te muevas se dará cuenta de tus condiciones reales.

Lo que no podrás evitar es sentirte intimidado o desánimo al ver qué tan mal lo haces, cuán rápido te cansas y cómo lo hacen otros… que te parecerán unos auténticos héroes indestructibles.

Pregunta importante

Pero, ¿No has pensado que ellos estuvieron en la misma situación que tú? Hay un dicho muy cierto en el ámbito del entrenamiento, muy usado por instructores, profesores: «yo enseño porque estoy una lección adelante de mis alumnos», «Puedo enseñarles esto porque tengo un poco más de tiempo que ustedes haciéndolo».

Así, la gente que entrena y está en un gran nivel físico, muchos son atletas élites e incluso, compiten contra otros en circuitos de alto rendimiento; lo han logrado porque han asumido el compromiso, han tomado la responsabilidad sobre su vida para convertirse en lo que son.

Son personas que se olvidan del dolor, del cansancio, que soportan la desmotivación y los comentarios negativos (cuando te entrenas, ¡Es muy común encontrar gente que busca desanimarte!) incluso, hay que soportar compañeros o entrenadores abusivos, con muy poco liderazgo e incapacidad para influenciar positivamente a los equipos.

Y a pesar de todas éstas adversidades, logran sus objetivos. La clave te la contamos a continuación.

Alto Rendimiento y Bajo Rendimiento

Alto Rendimiento

El Alto Rendimiento es tomar la conciencia de la responsabilidad que tienes por la situación en que estás y lo que te falta para alcanzar el nivel que quieres.

Esta conciencia de responsabilidad se aleja de todo tipo de sensibilidad retórica (es decir, hablar y expresar emociones causadas por esto; sin que haya un compromiso práctico por cambiar la situación) y se ocupa de tomar acción.

¿Qué significa tomar acción? Es reconocer, por ejemplo, que luego de terminar esa primera sesión de Crossfit, que no tienes nada de entrenamiento, ni puedes estar así y vas a hacer todo lo necesario para aumentar tu nivel.

Implica que al día siguiente, vas a regresar al Box. Y aceptar que vas a hacerlo mal. Y que será así, en la medida que comiences a progresar.

Progresarás en la medida que hagas, dediques, inviertas mayor esfuerzo. Entonces, no sólo irás al Box cada día que te toque entrenar. Irás a trotar y serás constante y comenzarás a aumentar el nivel de exigencia.

Buscarás información (y en YouTube hay muchos videos que te muestran lo que necesitas) para mejorar tu técnica y entrenamiento. No escucharás a nadie que te diga algo contrario a tu conciencia responsable, a tu sentido del logro.

Bajo Rendimiento

Bajo Rendimiento, en cambio, es la conciencia de la afabilidad (amabilidad). La afabilidad o amabilidad se localiza típicamente en las mujeres, en las madres. En esas personas también que están plenas de empatía y son amables aun cuando las circunstancias sean opuestas.

Consiste en mantener un ambiente tranquilo, controlado, de silencio; donde las exigencias físicas o mentales no tienen lugar y en cambio, se busca la fortaleza de saber dedicar atención al otro, que es alguien que se estima, requiere tal atención, como los bebés o los seres queridos.

La meta es tener al niño, a la pareja en estado de tranquilidad y armonía, donde predominen las risas y la tranquilidad. Para esto, es necesario controlar y limitar el esfuerzo.

Donde hay bebés no puede haber conflictos. Es muy peligroso. Esa es un área donde debe existir paz, seguridad, armonía, felicidad.

Nada de buscar conflictos; más bien, encontrar la manera de que la armonía siempre se logre a pesar de las diferencias o adversidades.

Las madres no abandonan a los niños cuando ellos hacen de las suyas o las parejas no abandonan la relación cuando a la primera pelea. Se persevera y tal esfuerzo llega a durar toda la vida.

No en balde, se dice que las madres aman a sus hijos incondicionalmente y siempre.

Esto implica un enorme compromiso y esfuerzo emocional que no todos saben enfrentar y que siempre es inspirador de ver.

Aquí el conflicto, la fricción, la competitividad, el sueño de triunfar no tiene cabida.

Dos formas de afrontar la vida

No se equivoque nadie, ninguna de las dos vías que acabamos de describir es mejor que la otra.

Todo responde a lo que cada quien busque alcanzar en la vida. De su proyecto de vida.

Son dos caminos distintos y no contrastantes de alcanzar la sabiduría.

La inconsistencia vendrá en el momento en que se pretenda vincular ambas: pretender ser un león en la calle o en el Box y luego, ser un ángel en el hogar, es algo fantasioso y falso.

La razón es que se trata de mentalidades distintas. El alto Rendimiento busca el desafío, el Bajo Rendimiento busca la tranquilidad. Necesariamente, donde se presenten ambas, habrá conflicto, contradicción e infelicidad.

Un primer paso de sabiduría es dejar de buscar ambas cosas. Aquí entra la responsabilidad. Porque si tomas una decisión en la vida, debes aceptar lo que cuesta y pagar ese costo.

Es de sabios abrazar la fortaleza que cada uno tiene

Finalmente, no hay excluyentes ni dicotomías. El hecho que seas un Navy SEAL, no implica que seas mal padre o no tengas emociones ni seas incapaz de amar o ser amable con las personas.

O, que seas una madre amorosa o un Pastor cristiano y no tengas desafíos o no puedas enfrentar conflictos.

¡Todo lo contrario!

Las personas deben aprender a colocar un límite en sus vidas ante lo que otros demanden, porque la satisfacción de otros no puede ir en detrimento de ti mismo.

La cultura del sacrificio debe ser suplantada por una cultura del logro, de la creación.

Hay que colocar un límite a la amabilidad, por ejemplo las madres deben dejar que sus hijos se equivoquen y se independicen, deben disciplinarlos y hacer que se responsabilicen por sus actos.

Tantos abrazos hacen mal, muchas veces conviene dejar sola a las personas y dejarlas que enfrenten sus circunstancias únicamente con su fortaleza interna.

Por otra parte, aquellos que aman el desafío deben aprender a que los momentos de pausa, de descanso (que no es más que rehabilitación del cuerpo y la mente y son tan necesarios como el mismo entrenamiento) y de compartir con otros son necesarios para hacer de la vida el deleite que es.

Por algo, los antiguos celebraban la cultura de la excelencia: tomar la responsabilidad de hacer lo mejor posible en mejorar nuestras vidas, tendremos éxito, sabiduría, prosperidad y mucha, mucha felicidad.

 

 


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